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Palabra de Zú

Hace muchos, muchos años, existía una serpiente muy traviesa y algo desagradecida llamada Zú. 

Un día, jugando en el bosque, tuvo la mala suerte de quedar atrapada en un agujero muy profundo del que no podía salir. Gritaba y gritaba pero nadie la oía. Hasta que un pobre y bondadoso antílope, escuchando sus ruegos, acertó a socorrerla. 

El antílope, opwong, antes de sacar a la serpiente de la trampa, le dijo precavido:

—Muy mala es tu reputación y tengo miedo de que cuando salgas de tu agujero me comas sin dudarlo. ¿Me das tu palabra de que no me matarás si te ayudo?

La serpiente tramposa, usando su mejor sonrisa le dijo:

—No temas pequeño antílope que no te mataré. Palabra de Zú.

El antílope, confiado de que Zú cumpliría su palabra, ayudó a la serpiente a salir del agujero. Cual fue su sorpresa cuando la serpiente, nada más salir de la trampa, se enrolló alrededor de su cuerpo con la intención de matarlo. 

El antílope no pudo más que gritar, con la suerte de ser escuchado por el elefante Nsok, que acudió inmediatamente en su ayuda para liberar al antílope con su enorme trompa. 

La serpiente se enfadó mucho con el elefante y le dijo: —¿Pero qué haces?, ¿por qué liberas al antílope?, ¿No sabes que es mi derecho comérmelo?

Los tres discutieron acaloradamente hasta que por decisión unánime decidieron ir a ver a Etugu, la sabia tortuga  que a todos los animales ayudaba con sus buenos consejos. Todos estaban seguros de que Etugu les ayudaría a dar una solución justa al problema. 

Así fue como la tortuga Etugu escuchó atentamente cada palabra de los tres animales y dictaminó tener un encuentro en la casa de la palabra o  Abaá, el lugar apropiado donde se decidía como resolver los diferentes conflictos que tenían lugar entre los animales.

Etugu puso a su derecha al antílope y a la izquierda a la serpiente y pidió por turnos que le contaran la historia. Después de oír atentamente a ambas partes, Etugu dijo pausadamente:

 —Como no había testigos, iremos los tres al lugar en el cual el antílope se encontró con la serpiente.

Y así lo hicieron.

Cuando llegaron al lugar del encuentro, Etugu dijo:  —serpiente Zú, ponte inmediatamente como te sacó el antílope.

Enseguida y sin titubear la serpiente se metió en la trampa.

Entonces el sabio Etugu dijo con rotundidad: 

 —Ahí quedaras, como escarmiento y en castigo de tu ingratitud.

Y así fue como Etugu, la sabia tortuga, resolvió el conflicto entre Zú la serpiente sin palabra, y el antílope.

FIN.

¿Sabías qué?

La tortuga o Etugu, es para todo Fang y en general para el pueblo bantú, sinónimo de astucia y sagacidad. En antítesis el leopardo encarna la brutalidad y torpeza.

El término bantú se refiere a cualquier individuo perteneciente a los más de 400 grupos étnicos de pueblos melanoafricanos, que hablan lenguas bantúes, y que viven al sur de una línea que va desde Duala (Camerún) hasta la desembocadura del Yuba (Somalia). No comprenden un tipo racial ni una cultura uniformes. Sus creencias son, en su mayoría, animistas.

Créditos

  • Locuciones: Eva García Pérez, Alberto Nanclares da Veiga, Santi Mijarra Rodríguez, Ana Díaz Salanova y Camila Monasterio Martín.
  • Grabación, montaje de audio y banda sonora: Camila Monasterio Martín.
  • Mezcla de sonido y masterización: Santi MIjarra Rodríguez.

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Acerca de Potopoto

Plataforma de educación en la diversidad y empoderamiento afro. Editamos cuentos africanos para niños y visibilizamos recursos educativos afrocentrados para la diversidad.


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