Descripción
Cuento africano La casa del Sol y la Luna
Hace muchos, muchos años, el Sol y el Océano eran grandes amigos y vivían juntos en la tierra. El Sol visitaba al océano muy a menudo, pero el Océano nunca visitaba a su amigo el Sol. Esto sucedió durante mucho tiempo, tanto, que por fin el Sol decidió preguntarle al Océano si había algún problema.
—Me he dado cuenta —le dijo un día el Sol —que yo siempre vengo a visitarte mientras que tú nunca vienes a mi casa. ¿Me puedes decir por qué?
—Está bien —dijo el océano —el problema no es que no quiera visitarte. El problema es que tu casa no es suficientemente grande para mí. Si viniera a visitarte, terminaría sacándote de tu propia casa.
—Entiendo —dijo el Sol —de todas maneras, querría que vinieras a visitarme.
—Muy bien —respondió el océano —si quieres que venga a visitarte, lo haré. Después de todo tú me has visitado muchas veces. Pero, para que esto sea posible, tienes que construir un jardín muy grande; y tiene que ser muy grande porque ocupo mucho espacio.
—No te preocupes, te prometo que construiré un jardín lo suficientemente grande para que tú y tu familia me visitéis.
Los dos amigos estaban muy felices. El Sol fue inmediatamente a su casa, donde le esperaba su amiga la Luna. El Sol le contó a la Luna la promesa que le había hecho al Océano, y al día siguiente comenzó a construir un enorme jardín para recibirlo.
Cuando terminó de construir el jardín, el Sol le dijo al Océano que estaba invitado a su casa. Al día siguiente el Océano y sus allegados, los peces y animales acuáticos, llamaron a la puerta de la casa del Sol y la Luna.
—¡Aquí estamos! —dijo el invitado —¿está todo listo? ¿podemos entrar sin problemas?
—Podéis pasar cuando queráis —respondió el Sol.
El océano comenzó a fluir en el jardín del Sol y la Luna. En pocos minutos el nivel del Agua llegaba a las rodillas del Sol y de la Luna, así que el Océano de forma muy considerada preguntó:
—¿Puedo continuar fluyendo? ¿Hay suficiente espacio?
—Seguro, no te preocupes —respondió el Sol.
El océano continuó fluyendo dentro del jardín, alcanzando la altura de la cabeza de un hombre.
—¿Está bien? —dijo el Océano —¿todavía quieres que siga entrando?
El Sol y la Luna se miraron a los ojos y convinieron en que no había nada que hacer, así que le dijeron el Océano que entrase. Tuvieron que trepar hasta el techo porque quedaba poco espacio sobre el agua. El océano preguntó otra vez si podían seguir fluyendo. El Sol y la Luna no deseaban ser groseros y retractarse por lo que simplemente subieron más y más. Entró tanta Agua que pronto rebasó el nivel del techo y el Sol y la Luna tuvieron que salir y establecerse en el cielo, donde aún hoy permanecen.
Y aunque se turnan para mirar hacia abajo con curiosidad, nunca han tocado la tierra otra vez desde entonces.
FIN.
Fuente: Relato Ibibio-Efik. UNESCO, Año Internacional del agua dulce 2003.


¿SABÍAS QUÉ?
La República Federal de Nigeria es el país más poblado de África y el séptimo del mundo (superando a Japón y a Rusia). La población humana en la zona de Nigeria se remonta a las primeras poblaciones humanas alrededor del 9.000 a. C., aunque probablemente fuera habitada con anterioridad.
Los ibibios son un pueblo del sudeste de Nigeria. Las máscaras constituyen las más grandes obras de arte en la sociedad ibibios. Los Efik son un grupo étnico ubicado en la parte sur del estado de Cross River, Nigeria.
El ibibios es también un lenguaje de la familia nigerocongolesa, con 3,5 millones de hablantes. Es el sexto grupo dialectal en Nigeria, después del hausa, yoruba, igbo, fulani y kanuri y se utiliza como idioma comercial.
Algunas palabras en ibibio:
- amesiere – buenos días
- asiere – buenas noches
- ka dio’ – adiós (‘irse y venir’, vete y vuelve)
- amedi – bienvenido (literalmente: ‘tú has venido’)
- sosong – gracias
- mmu ma fien – te quiero
- uwem odo imo – la vida es riqueza (uwem: ‘vida’; odo: ‘es’; imo:‘riqueza’)
Proverbios africanos relacionados con el afrocuento
La sal no dice de sí misma que es salada. (Abé)
La gente oculta sus defectos.
No importa cuánto tiempo un tronco pase en el agua, nunca llegará a ser cocodrilo. (Bambara)
Cada individuo tiene su personalidad aunque pretenda ser otra cosa.
Las huellas de las personas que caminaron juntas nunca se borran. (Kongo)
Los que fueron amantes o amigos siempre se recordarán mutuamente y los efectos de sus actos perduran.
La lluvia moja las manchas del leopardo pero no se las quita. (Akan)
Cada uno tiene su propia naturaleza inmutable.
Refranes interpretados por: Antumi Toasijé
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