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Todo para vosotras

Érase una vez una hiena que vivía en una caverna con sus tres hijitas. 

Mucho antes de despuntar el Sol, la hiena abandonaba a sus crías para buscar por el bosque la comida diaria. 

En sus correrías conoció a Anansi, la araña, que se hizo su amiga interesadamente.

Un día cuando Anansi salía de su casa, divisó a la hiena que iba por el bosque en busca de comida para sus niñas.

«Buena ocasión», pensó Anansi, la araña. «Voy a visitar a sus hijas y seguramente encuentre algo de comer en su casa pues la hiena pasa todo el tiempo buscando comida para ellas».

Sigilosamente se adentró en la casa de la hiena, donde se encontró a las pequeñas que algo desconcertadas le preguntaron quién era. Prestamente la araña respondió:

Soy una amiga de vuestra mamá dijo con una sonrisa la araña. Ella me ha invitado para que conviva con vosotras a condición de que me mantenga silenciosamente en mi agujero y de que vosotras no habléis nunca de mí. Me llamo “todo para vosotras”, ¿de acuerdo?

Los pequeños cachorros de hiena asintieron al unísono viendo como la astuta Anansi desaparecía en el agujero donde decía viviría de ahora en adelante.

Pasado no mucho tiempo, llegó la hiena con provisiones, y tal y como hacía siempre se dirigió a las pequeñas hienas y les dijo:

Venid a comer mis pequeñas, es “todo para vosotras”.

Dicho esto, la hiena volvió a salir en busca de provisiones, pues necesitaba abastecer bien a las pequeñas que estaban en edad de crecimiento.

Contentas y hambrientas las hienas iban a devorar la comida que trajo su madre, cuando la astuta Anansi, con la rapidez que le permitieron sus largas patas se dejó caer sobre la comida que las crías iban a comer.

 ¡Quietas pequeñas! dijo Anansitodo esto es para mí y solo para mí. ¿No dijo vuestra madre: “¿Aquí tenéis, todo para vosotras?”, entonces hay que obedecer. Yo me llamo “todo para vosotras” así que me lo como todo.

Consternadas las pequeñas hienas quedaron nuevamente hambrientas a la espera de que su madre volviera con más comida. Pero se repitió la misma situación. No una sino varias veces. Cada vez que las pequeñas trataban de comer, la astuta y descarada araña ejercía su derecho de comerse toda la comida, pues ella se llamaba “todo para vosotras”.

Esta situación duró unas cuantas semanas, hasta que un día, la hiena asombrada se dio cuenta de lo flacas y débiles que estaban sus hijitas.

Pero, ¿qué tenéis? dijo la madre viendo el enflaquecido rostro de sus pequeñas ¿No he cazado bastante para vosotras?

Entonces las crías entre sollozos explicaron la situación a la madre:

“Todo para vosotras”, la araña a la que invitaste para que viviera con nosotras en el agujero se ha comido toda la comida mamá dijeron apenadas.

Sorprendida la hiena se dio cuenta del engaño y muy enfadada salió en busca de la astuta Anansi. Todo fue en balde. Anansi no había esperado a que la hiena la buscara y la atrapara. Y se había fugado del poblado, para no volver más.

FIN.

Créditos

  • Locuciones: Eva García Pérez, Alberto Nanclares da Veiga, Santi Mijarra Rodríguez, Ana Díaz Salanova y Camila Monasterio Martín.
  • Grabación, montaje de audio y banda sonora: Camila Monasterio Martín.
  • Mezcla de sonido y masterización: Santi MIjarra Rodríguez.

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Acerca de Potopoto

Plataforma de educación en la diversidad y empoderamiento afro. Editamos cuentos africanos para niños y visibilizamos recursos educativos afrocentrados para la diversidad.


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